INVESTIGACIÓN
HOLÍSTICA (JACQUELINE HURTADO DE BARRERA)
En
este sentido, lo que se denominó investigación holística, pero que más bien
alude a una comprensión integradora de la investigación, se propuso generar un
modelo del proceso investigativo que recogiera los aportes de los diferentes
modelos epistémicos, no sólo desde las técnicas de recolección de datos y de
análisis, sino desde la concepción del proceso mismo; un modelo que abriera el
panorama en cuanto a las posibilidades de aplicación de procedimientos, de
variedad de resultados y de tipos de investigación y que fuese aplicable tanto
a las ciencias sociales como a las ciencias naturales. En otras palabras
generar un modelo en el cual se pudiera apreciar la enteridad del proceso
investigativo (holos significa entero, completo, integro).
La
comprensión holística de la investigación, tal como se plantea en este
artículo, comenzó a desarrollarse a partir del año 1995, en el contexto de la
Fundación Sypal (Servicios y proyecciones para América Latina), en Caracas, a
partir de las inquietudes formuladas por múltiples investigadores con respecto
a la rigidez y limitación de las formas tradicionales de hacer ciencia,
enmarcadas en un único paradigma. Esta manera de entender la investigación
tiene su asiento en la holística como corriente filosófica y en los desarrollos
de la física cuántica. Aunque la holística tiene sus raíces los planteamientos
de Aristóteles, quien fue el primero en afirmar que el todo es más que la suma
de las partes, se moldea como corriente filosófica mucho después.
En
su origen y concepción, cada modelo epistémico enfatizó ciertos aspectos del
proceso de investigación en detrimento de otros. Por ejemplo, el positivismo
destacó la importancia de verificar y descalificó la descripción como tipo de
investigación, mientras que la fenomenología rescató la importancia de la
descripción, pero desdeñó la verificación. Algunos métodos como la
investigación-acción dieron mayor importancia a la participación de los
investigados, mientras que otros privilegiaron las decisiones del investigador.
Desde una comprensión holística de la investigación es posible comprender que
todos esos aspectos son importantes, y que no sólo pueden coexistir en un
modelo integrador, sino que son necesarios. En el gráfico 1 se aprecian los
aspectos básicos que cada modelo epistémico aporta al proceso investigativo.
Hacia
un modelo integrador a partir de los principios de la holística
Como
antecedentes de la holística, se pueden citar los planteamientos de algunos
autores, como Capra (1994), Weil (1993), Bohm (1980), Wilber, Pribram (1992), y
otros autores que apuntan hacia una concepción holística de la ciencia. La
comprensión holística de la investigación es una propuesta que presenta la
investigación como un proceso global, evolutivo, integrador, concatenado y
organizado. Desde una comprensión holística es posible trabajar los procesos
que tienen que ver con la invención, con la formulación de propuestas
novedosas, con la descripción y la clasificación, la creación de teorías y
modelos, la indagación acerca del futuro, la aplicación práctica de soluciones,
y la evaluación de proyectos, programas y acciones sociales, entre otras cosas.
Algunos
de los principios de la holística que permiten visualizar un modelo integrador del
proceso investigativo, son los siguientes:
-
El principio de la unidad del todo.
-
El principio de simultaneidad y sincronicidad.
-
El principio de integralidad.
-
El principio de posibilidades abiertas.
-
El principio de complementariedad.
-
El principio de devenir.
El
principio de la unidad del todo
Cada
vez más teóricos e investigadores coinciden en la idea de que el universo es
una totalidad y que todo en él está íntimamente relacionado. Esta afirmación se
basa, entre otras cosas, en los descubrimientos de la física cuántica. Al
respecto, Capra (1992) expresa que la interconexión universal de las cosas y de
los sucesos parece ser un rasgo fundamental de la realidad atómica. Bohm (c. p.
Capra, 1992) confirma ésto al decir, en relación a la física cuántica: “uno
llega a un nuevo concepto de inquebrantable totalidad que niega la idea clásica
del mundo en partes existentes por separado e independientes” (p.156).
El
principio de la unidad del todo deriva en ciertas consecuencias o aplicaciones
en lo que respecta al proceso metodológico en la investigación holística. La
investigación es vista como un proceso continuo que intenta abordar una
totalidad o un holos (no el “absoluto” ni “el todo”) para llegar a un cierto
conocimiento de él. En este sentido, el proceso investigativo abarca aspectos
tanto secuenciales como simultáneos y continuidad no debe ser entendida como
“acumulación” o como “linealidad”. Por ejemplo, el proceso de selección y
análisis de un tema, en una investigación cualquiera, implica una serie de
acciones que se ejecutan conjuntamente, de manera integrada: se lee, pero al
mismo tiempo se observa, se reflexiona, se formulan interrogantes que van
cambiando a medida que la lectura... esto también ocurre en otras etapas de la
investigación
Para
la holística, el universo es una sola realidad, de modo que los límites son
considerados abstracciones del ser humano que le permiten aproximarse al
conocimiento, al focalizar su atención en un evento específico de su interés.
Es el investigador quien crea una frontera o un “límite” para poder aproximarse
al estudio. Cuando el investigador presupone que las fronteras son reales y
cree que es el medio externo el que determina los límites del evento a
investigar, suele demorarse mucho en delimitar el tema y sus alcances, pues se
queda esperando que el tema o la pregunta emerjan solos del contexto.
El
principio simultaneidad y sincronicidad
El
principio de sincronicidad está asociado con Jung (1952), y plantea que existe
una forma de conexión entre fenómenos o situaciones de la realidad que se
enlazan de manera a-causal, no lineal, de modo que tal conexión no responde a
la lógica de la causa-efecto. Jung, concibió el principio de sincronicidad para
describir la singular ocurrencia de dos o más acontecimientos de igual o
similar significación, sin conexión causal posible. Este autor define la
sincronicidad como: “La manifestación de una coincidencia significativa, de una
conexión acausal” (Jung c.p. Luis, 2007).
Una
de las implicaciones filosóficas del principio de sincronicidad es que éste
constituye un vínculo entre el mundo psíquico y el mundo material, entre
observador y observado, y por tanto introduce un principio de unidad entre el
investigador y lo que se investiga. En la antigua concepción de ciencia se creía
que las descripciones científicas eran “objetivas” e “independientes” del
observador humano y del proceso de conocimiento, pero esta manera de pensar ha
cambiado. El planteamiento de la unidad entre observador y observado tiene
además su apoyo en el principio de indeterminación de Heisenberg, mencionado
anteriormente: cuando se trata de medir con precisión los valores de un evento,
los otros valores se vuelven inciertos. En consecuencia, “las propiedades de
los objetos no se pueden separar del acto de medición y, por ende, del
observador mismo” (Briggs y Peat, 1996).
El
principio de integralidad
La
integralidad le recuerda al investigador que si bien el universo es una unidad,
no es uniforme, sino complejo. La integralidad alude a la unidad en lo diverso,
por lo tanto la holística dista mucho de ser una forma de monismo. El ser
humano es también un ser integral, que si bien es uno, se manifiesta desde
diversas dimensiones (biofisiológica, volitiva, cognitiva, ética). Al estar la
investigación signada por el humano, pues se debe a lo humano, es su principio
y fin, debe tenerse en cuenta que:
-
La investigación es una experiencia de integralidad.
-
La investigación se da en un contexto social.
-
La investigación tiene un carácter histórico.
-
La investigación está inmersa en un sistema de valores.
Este
principio se manifiesta en el proceso investigativo en las múltiples fuentes de
las cuales procede el conocimiento: la experiencia, la observación, la
imaginación, la reflexión, la intuición... Tiempo atrás se enfatizaba el
carácter racional de la ciencia, así como el sentido instrumental y práctico de
la misma, pero la ciencia no sólo es un proceso meramente intelectivo generado
sólo a partir de las funciones del hemisferio izquierdo (lógico, analítico y
secuencial), sino un proceso integrador. Es todo el cerebro el que participa,
Aún más, no sólo es cerebral: es integral, integrativo y holístico. El
investigador asume su trabajo a partir de su complejidad de ser humano e
integra valores, emociones, actitudes, pensamientos, intuiciones y todo aquello
que forma parte de él como persona.
El
principio de posibilidades abiertas: caología y cosmología
El
principio de posibilidades abiertas tiene su origen en la ciencia del siglo XX.
Prigogine (2005) se dedicó a profundizar en los fenómenos de la termodinámica,
y a partir de allí desarrolló sus planteamientos en torno a los conceptos de
disipación de la energía, la irreversibilidad y la progresión hacia el
desorden, así como la relación de éstos con el no equilibrio. La extensión del
principio de posibilidades abiertas en la investigación se manifiesta en lo
siguiente:
-
El carácter creativo y no rutinario de la investigación, aún en el uso de los
métodos: El proceso investigativo no puede ser una receta. Si bien es cierto
que los métodos de investigación orientan sobre los caminos a seguir, esos
caminos pueden estar llenos de sorpresas. Un proceso investigativo dinámico,
abierto y creativo no puede estar limitado a una única técnica o a un método
reduccionista, requiere variedad de posibilidades, de técnicas y de
instrumentos acordes con las múltiples situaciones que se pueden presentar a lo
largo de la indagación.
-
La complementariedad entre el abordaje caológico y el abordaje cosmológico de
la investigación: Para Prigogine los elementos creadores del orden y los
creadores del desorden siempre están ligados, de modo que orden y desorden
aparecen a la vez. Así como los procesos lineales en la física son predecibles
y los sistemas cerrados son poco sensibles a las variaciones externas, en
investigación el abordaje cosmológico (estructuado, cerrado, prestablecido,
orientado a corroborar) responde a un camino relativamente preestablecido, con
criterios más precisos y orientaciones más restringidas y es menos sensible a
las variaciones que se apartan de los criterios y conceptos previos del
investigador; este abordaje fue el preferido del positivismo. De la misma forma
como los procesos disipativos en la física son complejos, no lineales e
impredecibles, el abordaje caológico en investigación (inestructurado, abierto,
con un mínimo de criterios previos, orientado a descubrir) se inicia sin
preguntas, sin instrumentos estructurados, sin hipótesis, sólo con una actitud
de escucha y apertura por parte del investigador, de modo que hasta los mismos
eventos de estudio van emergiendo en el proceso; este tipo de abordaje ha sido
el preferido del estructuralismo y de la fenomenología.
El
principio de complementariedad y los sintagmas
El
principio de complementariedad fue enunciado inicialmente por Bohr con el
propósito de interpretar las relaciones de incertidumbre de Heisenberg. En la
física cuántica este principio plantea que en el mundo atómico no hay ondas ni
corpúsculos como tales, sino que toda manifestación de la luz muestra un
aspecto corpuscular, un aspecto ondulatorio o una combinación de ambos. Bohr
sugirió que el principio de complementariedad podría extenderse a todas las
áreas del conocimiento y sostuvo que los diferentes enfoques o teorías
pertenecientes a una misma disciplina eran complementarios.
Esta
complementariedad dió lugar al concepto de sintagma dentro de la comprensión
holística de la investigación. Dado que los diferentes paradigmas proporcionan
nociones de aspectos diferentes de un mismo evento, el sintagma sería una
percepción amplia de un evento visto desde varios puntos de vista. El sintagma
constituye, entonces, una comprensión mayor en la cual puede percibirse el
evento como totalidad, en lugar de percibirlo desde una única perspectiva. Los
diferentes modelos epistémicos en investigación se consideran como maneras
distintas de percibir la misma realidad, es decir, aspectos complementarios del
proceso investigativo global, y la comprensión holística presenta un sintagma
de esos modelos.
El
principio del devenir y la espiral holística
Desde
los planteamientos de Heráclito en la filosofía antigua, hasta los desarrollos
de Hawking con su teoría sobre la expansión del universo y las propuestas
subsiguientes, el ser humano ha percibido el cambio como parte de la vida y del
universo. El principio del devenir plantea que todo cambia permanentemente, por
tanto, el conocimiento también es cambiante, y la investigación es un proceso
de devenir personal e histórico. La ciencia de los antiguos paradigmas creía en
la existencia de una teoría científica última acerca del mundo como una
construcción firme y permanente. Pero cada día los científicos se convencen más
de que esto no es posible. La búsqueda de conocimiento es un proceso dinámico,
en el cual lo que se puede aceptar como verdad en una época, se considera
insuficiente o se percibe como inadecuado en otra.
Desde
una visión integradora se concibe el proceso investigativo como un devenir a
través de diferentes niveles de conocimiento. En este devenir, el conocimiento
anterior no queda desechado completamente, sino que se integra dentro de una
nueva comprensión, pues ha sido la tarea evolutiva necesaria para alcanzar el
nuevo aprendizaje. Desde una comprensión holística el ser humano se aproxima al
conocimiento en un proceso permanente en “espiral” donde cada resultado alcanza
grados de complejidad cada vez más avanzados. La espiral holística recorre diez
tipos de investigación que se repiten ad infinitum, como un fractal.
Figura
3. La espiral de la investigación
Cada
vuelta de la espiral representa un estadio de conocimiento y un objetivo de
investigación. Estos objetivos representan logros sucesivos en un proceso
permanente de generación de conocimiento, más que resultados finales. Los
objetivos son integradores: para plantearse un objetivo de mayor profundidad
se requiere antes haber logrado objetivos de menor profundidad o complejidad.
Hay diez categorías básicas de objetivos: explorar, describir, analizar,
comparar, explicar, predecir, proponer, intervenir, confirmar y evaluar, los
cuales conducen, cada uno, a un tipo de investigación diferente: exploratoria,
descriptiva, analítica, comparativa, explicativa, predictiva, proyectiva,
interactiva, confirmatoria y evaluativa.
Para
trabajar con la comprensión holística de la investigación es esencial conocer y
manejar los aportes y propuestas de los diferentes paradigmas e n investigación
y además conocer multiplicidad de técnicas y métodos, pero fundamentalmente se
requiere una actitud de apertura, flexibilidad y creatividad.
Por
otra parte, la comprensión holística de la investigación proporciona diversos
aportes, tanto metodológicos como pedagógicos, sociales y humanos. En primer
lugar, constituye un modelo que organiza y sistematiza la información y el
conocimiento en metodología de investigación por medio de la metáfora de la
“espiral holística” (Hurtado de Barrera, 1996, 2000) y del cual se desprende la
propuesta metodológica. Con base en este modelo se configuran la escala
integrativa de los objetivos, los conceptos de fases y estadios y la
concatenación de los tipos de investigación como momentos de un proceso único.
El
modelo ha permitido desarrollar una clasificación amplia de los tipos de
investigación en la cual se conceptualizan diez categorías (cuando los autores
metodológicos más antiguos sólo habían conceptualizado una, y los más recientes
a lo sumo cuatro). En investigación holística todos los tipos de investigación
son importantes y ninguno es superior a otro: todos se necesitan
recíprocamente. Se le atribuye significación científica, tanto a una
investigación descriptiva como a una investigación explicativa o proyectiva, y
se evita hacer corresponder los tipos con niveles específicos del proceso
educativo formal.
Otro
aporte consiste en la posibilidad de hacer investigación de manera
transdisciplinaria. Esto es muy importante, pues tal como lo plantean Capra y
Steindl-Rast (1994), en terrenos de la ciencia, cada campo científico con
relevancia social es requerido en estos momentos de la historia para la
solución de graves problemas de la sociedad y sólo una ciencia orientada hacia
la holística será capaz de resolverlos, pues no cabe entender aisladamente los
problemas principales de la época. Sea cual fuere el problema a resolver, tiene
que ser percibido en su relación con los demás problemas, y para ello se
precisa de un pensamiento holístico.
Otra
contribución es el concepto de sintagma gnoseológico como una vía para
desarrollar nuevo pensamiento y escapar de las viejas y gastadas ideas
asociadas con el marco teórico basado en teorías ajenas a la realidad del
investigador (Hurtado de Barrera, 1998, 2001a). La posibilidad de generar
sintagmas propios invita al investigador a desprenderse del “copia y pega” para
generar sus propios conceptos y desarrollar reflexiones teóricas más profundas.
La
comprensión holística de la investigación abre una ventana novedosa que motiva
y estimula a dar aportes propios y universales y ayuda al investigador a
comprender las distintas fases y estadios por los que atraviesan los procesos
creativos en el plano de la investigación.
Además,
la comprensión holística de la investigación propicia una mayor trascendencia
de lo científico a otras áreas de lo humano y lo social. Para la comprensión
holística de la investigación queda superada la división tradicional entre
ciencia formal y ciencia fáctica. Esta característica de la comprensión
holística de la investigación también facilita que docentes de cualquier nivel
educativo y de cualquier disciplina puedan incorporar procesos investigativos a
las actividades didácticas.
Dentro
de esta propuesta no hay disociación entre la investigación y el quehacer
profesional. Un tema de investigación nace fundamentalmente de un contexto y
obedece a una necesidad, y se buscan resultados aplicables, capaces de resolver
esas necesidades. Esta antigua dicotomía entre ciencia fáctica y ciencia
teórica puede entenderse ahora como la expresión de diferentes momentos de la
espiral holística.
En
síntesis, la comprensión holística de la investigación da respuesta a muchas de
las inquietudes de investigadores e intelectuales. Diversos teóricos habían
hecho las acotaciones epistémicas en torno a lo que se requería como proceso
investigativo, pero no se había formulado un desarrollo metodológico que
expresara esas inquietudes: ¿Cómo hacer ciencia a partir de esos principios
epistémicos?, ¿cómo incorporar los procesos de simultaneidad a la investigación?,
¿cómo aplicar el proceso sintagmático?, ¿cómo hacer investigación
transdisciplinaria?, ¿cómo hacer una investigación más humana? Estas preguntas
son las que responde la investigación holística.
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